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lunes, 19 de enero de 2015




Dejamos sobre las duchas de los hombres nuestros cuerpos bien amarrados a la tubería solar. Marcamos territorio como animales en celo con las trusas saturadas de arena y el olor sideral que los aísla.En los baños quedan restos del sexo que les hicimos ayer, agua de flores y velas de vainilla derramada.Lágrimas rotas en el encaje profano de la madrugada.He perdido mis aretes disueltos en el jabón de una lujuria brevey las cremas señor untan tus sábanas, como veneno de diosas argentadas.Mira como arrebatamos la libertad de sus mentes.Abrimos la culpa en el paraguas dilatado de la tarde.Regresamos con sus hijos ocultándole el verdadero apellidode sus genes.En ropa interior leemos nuestras páginas persiguiendo sólo sudeseo, cada línea de arroz es un gemido.Puedo esconderme en mis sombreros, sin ser descubierta…¿Adivinan?Un sayo y un escudo que esquive los golpes del amor.Hay algo más debajo del sombrero, te lo juro.Armo el rompecabezas de las palabras sobre la cama, un plano blanco para patinar desnudos, ropa interior negra, sin dolor.Y aunque lo diga todo, no llega transparente a tus sentidos.No lo entiendes. Tendrías que aprender a desnudarme.
 
Fragmento del poemario de Wendy Guerra "Ropa interior"